Los frutos y semillas contienen flavonoides, sobre todo heterósidos de quercetol y kampferol, a los que algunos cotiledones deben su coloración amarilla; saponinas triterpénicas (la aescina), a las cuales debe su acritud y amargor; materias minerales, azúcar, almidón y aceite, a los que debe su acción tónica venosa, vasoconstrictor venoso, antihemorrágico, vitamínica P (aumenta la resistencia capilar y disminuye su permeabilidad), antiedematosa, antiinflamatoria, antiateromatosa y antihemorroidal.
Los tegumentos seminales contienen D-catecol y taninos.
La corteza posee heterósidos cumarínicos, los principales son el esculósido (glucósido del esculetol) y el fraxósido (glucósido del fraxetol), y taninos (ácido aesculitánico) con acción vitamínica P, antihemorrágica y astringente.
Se utiliza en la fragilidad y estados congestivos del sistema venoso y linfático: varices, hemorroides, úlceras varicosas, prevención de flebitis y trombosis, edemas, epístasis, equimosis, metrorragias...
Contraindicada en el embarazo y en los niños. Precauciones: a dosis terapéutica no es tóxico. En uso interno la escina es irritante del tubo digestivo, pudiendo producir a dosis altas naúseas y diarreas. También puede ocasionar midriasis y somnolencia.
En uso externo es antiinflamatorio, antiedematoso y necrosante. Por vía intravenosa es tóxico (hemolítico).